domingo, 11 de octubre de 2009

¿Que te pasa Buenos Aires?


Ciudad melancólica, húmeda, siempre mirando hacia otro lado, a veces hasta puede ser extremadamente indiferente.
Vivo en esta urbe desde que tengo 3 años y uso de razón, es difícil a veces despegarse de lo que a uno lo apega a un lugar que generalmente son los afectos para hablar de forma mas imparcial pero intentare hacerlo.
Si hablamos de trabajo lo hay, si hablamos de lo que uno puede hacer con el fruto de esa labor ahí entramos en un terreno mas complicado.
Todo por supuesto salvando las distancias del status y de lo que uno hace para sobrevivir, que básicamente para la mayoría de nosotros es eso, SOBREVIVIR.
Es difícil ir al supermercado, es difícil relajarse y comprar lo que uno quiere porque los precios son volátiles y estoy hablando de bienes básicos de consumo, como carnes, verduras o similares (ni hablemos de una botella de un vino decente o cerveza que no sea Quilmes y sus asquerosas derivadas)
Pasa también que uno quiera salir a cenar o simplemente a tomar un café o lo que sea, eligiendo entre una de la variada oferta gastronómica, hay de todo, pero complicado sin estar pendiente de lo que estas pidiendo, la bebida siempre, pero siempre te suma a la cuenta en forma desmedida.
Otra posibilidad es pedirse algo para comer en casa, hay de todo tipo de oferta, pero ojo, si salís de la pizza, la empanada o la comida típica (tartas, milanesas etc.) ya uno debe pensar en el doble del precio.
Transportarse es mas simple, en especial dentro de la ciudad, trenes, colectivos y subterráneos, el transito es endemoniado en horas pico y lo imprevisto siempre surge (paros, cortes de calle) pero el sistema mas que bien funciona. (Nunca olvidar el bendito cambio en monedas, indispensable).
Para los turistas es una ciudad con mucha historia y oferta nocturna, con posibilidad de poder desde acá partir a otros sitios hermosos de la Argentina, si hablamos de belleza natural y fauna por supuesto.
Para los que debemos vivir e intentar crecer y hechar raíces es complicado, no imposible, pero hay que lucharla mucho, es una ciudad cara, inestable muchas veces y extremadamente rápida, no te da respiro, tenes que ser paciente, predispuesto y prepararte para mucha gente enojada que se descarga siempre con el sujeto equivocado.
Como reza una canción de Fito Páez nunca mas precisa: Buenos aires vas a ser feliz, sácate el diablo de tu corazón...

Apilada magica






Que Argentina y Uruguay definen quien va al mundial(es el año que viene, vuela el tiempo), que ya estamos en Octubre de este año fantástico que estoy viviendo, vienen las natividades, las reuniones, los días raros con calles desiertas.
Estoy tratando de procesar todo esto, asimilarlo tranquilamente para prepararme a lo que viene, que no se que es pero se como quiero que sea, vuelo, pero tranquilo, planeando donde aterrizar.
Me di cuenta, recién ahora a mis 28, que empecé a vivir mi vida en la forma que realmente funciona nuestro paso por este mundo, aventurándose, lanzándose a lo nuevo sin miedo de fallar y lo decidí ahora porque encontré la parte que me faltaba, esa parte que completa mi alma y me hace fuerte, con ella me siento entero y vital.
Dios y el destino que el a preparado para mi me espera, yo solo elegí uno de sus caminos y estoy seguro que es el correcto, siempre supe cual era, solo que di vueltas mucho tiempo en círculos en esa encrucijada esperando a mi compañera y finalmente ella llegó, para ir conmigo adonde sea.

jueves, 1 de octubre de 2009

Naturalmente Uruguay



Un breve pero aterrador viaje en avión nos llevo hacia la capital oriental, el viento le pego un lindo baile a ese boeing de Aerolíneas Argentinas y a poco de aterrizar en el aeropuerto internacional de Carrasco pensé que mi tercer viaje en avión iba a ser el ultimo.
Un hotel maravilloso como el Radisson ubicado en pleno centro económico e histórico de Montevideo, con una vista alucinante nos dejo boquiabiertos.
Tranquilidad, aire fresco, mar, amabilidad y la sensación continua de estar en una ciudad que se detuvo en los años 40 o 50 es lo que puedo describir en estos momentos.
Que lindo es caminar en una ciudad semidesierta, que lindo también es ver a todo el mundo un domingo caminando la rambla con el mate, en familia, disfrutando del mar y el tiempo libre, estaba cerca, pero me sentí tan lejos de Buenos Aires...