sábado, 17 de enero de 2009
Entre Dylan en mis oidos, el calor, la 9 de julio y los fines de semana lejos..
El ascensor baja, el visor parpadeante me enceguece, e visto pasar mucha gente cerca mío.
Así y todo de a momentos me siento solo, único, parado en medio de Corrientes y Esmeralda esperando algún colectivo que me lleve de regreso.
Tantas veces los e visto cruzar de vereda, mirando a la nada con tanto rencor que me conmueve.
Yo solo sigo caminando sin cesar, a paso redoblado, escuchando a Dylan maullar su poesía.
Así como una piedra rodante, como un blues de Tombstone, con suspiros que suenan a armónica Hohner.
Soy un eterno observador, condenado a retener en mi cabeza cada cosa que veo y escribir lo que creo que vi, insignificantes, pero están ahí.
Nadie me lee, nadie me escucha, pero no lo hago para otros, solo lo hago porque así evito que se fuguen de mí sin darme cuenta.
Un día sentiré el llamado de alguien, lejano pero audible y solo daré la vuelta y responderé "seguí tu camino, yo seguiré sea lo que sea que tengas para decirme".
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario